martes, 12 de noviembre de 2013

Discursos y oradores más relevantes de la Segunda Guerra Mundial.

Discursos y oradores más relevantes de la Segunda Guerra Mundial.

Así como podemos identificar a las épocas por su producción cultural, también las podemos analizar por su forma de hacer política, pues tanto el arte, como la política, son medios de representación del sentir personal y social.

En los años de la segunda guerra mundial el orbe vivía la política de formas muy disímiles a las actuales. El mundo recién se recuperaba de su primera guerra mundial, las economías mundiales apenas comenzaban a dar señales de vida luego del fuerte golpe en los años 20 y principios de los 30. Las naciones comenzaban a mostrar sus primeros rasgos de estabilidad, y querían fijar sus agendas, y por supuesto sus fronteras siguiendo sus necesidades y deseos particulares.


Todo fue un perfecto caldo de cultivo para la aparición de personajes altamente histriónicos y románticos. El mundo quería una política pasional, y los políticos estaban dispuestos a suplir tal demanda.

En este contexto, la cultura del discurso político aparece como un arma novedosa y altamente efectiva para generar adhesiones partidistas a causas particulares. La radio ya estaba asentada como un medio masivo de comunicación, y la televisión comenzaba a dar sus primeros pasos. Todo aumentaba aún más la dispersión del mensaje de los grandes oradores de esta incierta época, la cual se convertiría en el periodo de la segunda guerra mundial.

Comenzaré este análisis con el personaje menos dramático en su comunicación gestual, pero quizás el más emotivo y alentador en su contenido literario: Sir Winston Churchill.

Churchill y el “Lucharemos en las Playas”.

El 4 de Junio de 1940, Sir Winston Churchill, en su cargo de Primer Ministro de Gran Bretaña, daba un discurso al Parlamento inglés. La guerra ya cumplía más de 10 meses y los resultados para los aliados no eran alentadores: Los nazis ya habían ocupado varios países del centro de Europa, además habían firmado un acuerdo de no agresión con los soviéticos y se encontraban muy cercanos a la conquista de Francia, de hecho, el día anterior al discurso, los nazis habían bombardeado Paris. Y por si todo fuera poco, Hitler hacía tan solo una semana y media había anunciado su “plan de ataque a Gran Bretaña”. Churchill debía hablarle a un Parlamento asustado y nervioso, sus palabras debían inspirar poder, resistencia y esperanza.


El discurso original duró más de 20 minutos, y fue el segundo de una seguidilla de tres discursos ante la cámara de los comunes, pero este discurso en particular sería el que se ganaría un sitial en la memoria de los ingleses, pues la parte final de éste, la parte más famosa, fue transmitida por la radio a toda la población, que también buscaba desesperadamente una palabra de aliento de sus líderes.

En el desarrollo del discurso Churchill detalla los avances alemanes por las costas francesas y hacia el interior del país, dejando muy en claro que una eventual caída de Francia daría a Hitler cientos de kilómetros de costa para invadir Inglaterra. Pero las advertencias de Churchill no buscaban asustar a sus auditores, sino que buscaba prepararlos mental y moralmente para lo que él ya sentía como una caída inminente de Francia. Más adelante en el discurso, el Primer Ministro británico, hace una evidente comparación entre Napoleón y Hitler, confrontando el fracaso de la invasión napoleónica con las intenciones de Hitler hacia la gran isla británica.

Pero es la parte final, específicamente las dos últimas estrofas del discurso, las partes que están más cargada de emocionalidad, fortaleza y dramatismo. En esta sección el orador dice que Inglaterra estará completamente preparada para una invasión y una resistencia por años, y sin la ayuda de otras naciones si ese fuera el caso. Churchill incluso dice al Parlamento, que si de hecho la isla llegara a caer en manos de los nazis, serán las colonias y los territorios británicos de ultramar los que continuarán la pelea por liberar la capital del imperio.

Como ya mencioné, Sir Winston no era un gran orador físico, su aspecto no era el de un orgulloso guerrero, de hecho su abundante barriga y elegante traje le daban un aspecto de aristócrata, lejano al pueblo. Su dicción no era de las mejores, solía tener problemas en la pronunciación y parecía hablar con una lengua excesivamente gorda, por lo que su voz sonaba similar a la de un  cansado anciano, más que a la de un fuerte líder militar. Pero la magia de Churchill no iba por esas áreas, la genialidad oratoria de este líder se concentraba en el discurso mismo, en su contenido literario, además de un excelente uso del ritmo y tiempo en la dicción de éste, sumado a un muy buen uso de acentos dramáticos.

A continuación un video con la parte final del discurso con traducción al español: 





Mussolini y la declaración de Guerra.

El discurso de la declaración de guerra de la Italia fascista contra Gran Bretaña y Francia, fue pronunciado por Mussolini el 10 de Junio de 1940 ante una atiborrada plaza de Roma, en la capital itálica. La regencia fascista existía como tal desde hace ya 18 años, y las ansias de triunfos militares impulsaban a Mussolini a incluir a su nación en la gran contienda mundial que ya contaba con sendos triunfos nazis.

Italia no había visto mucha acción en la guerra hasta ese momento, pero Mussolini deseaba desesperadamente vengar las humillaciones militares sufridas por Italia en la primera guerra mundial, donde incluso pequeños ejércitos sin gran instrucción lograron repeler ataques del ejército italiano en los Balcanes. Mussolini era un veterano de aquellas luchas, y la derrota quedó enquistada en su memoria.

Y así, desde el balcón del Palacio Venecia, y ante 250.000 romanos, Il Duce da uno de los discursos más importantes de la segunda guerra mundial.

Comienza el discurso con un Mussolini solemne y estoico, con ambas manos agarradas en su cinturón, y el mentón en alto, todo acompañado de un rostro serio y decidido. El público sabía de qué se trataba el discurso que su líder desarrollaba, por lo que en varias oportunidades la masa interrumpe la dicción de Mussolini para celebrar, cosa rara, pues Benito acostumbraba tener un control casi completo de las muchedumbres a las cuales se dirigía.

Mussolini anuncia la declaración de guerra y continúa detallando las razones para ésta decisión, las cuales no se limitan a excusas pragmáticas o lógicas, sino que deambulan más desde el patriotismo romántico y la sensibilidad despertada por las pérdidas territoriales en la primera guerra mundial. El pueblo que escucha a su líder es un pueblo entusiasmado a sumarse a los triunfos de Alemania, se sienten poderosos y guiados por un líder que supone tener las respuestas a los problemas de la aún joven república italiana.

Para el autor de este artículo, Benito Mussolini es el mejor orador físico de la segunda guerra mundial, al contrario de Churchill, las armas comunicacionales del líder fascista se concentraban en su impecable uso de su cuerpo para enfatizar palabras de los discursos. Los de Benito eran discursos cortos en contenido, pero extendidos en largos periodos gracias a su tranquilidad al decirlos, nunca hilaba muchas frases juntas, sino que por el contrario, decía sus frases con mucha fuerza, con una pronunciación detallada y lenta, y solía dejar un par de segundos entre cada frase dicha, lo que generaba una ilusión de seguridad y sabiduría, todo quien escuchaba podría entender cada palabra del Duce.

Mussolini tenía un estilo muy histriónico, en muchos discursos solía deambular entre lo cómico y lo dramático con gran habilidad, dominaba totalmente el escenario que fuera. Una cosa muy importante en el líder fascista era que jamás leía sus discursos, era muy extraño ver algún papel en las manos de Benito al dar sus discursos, él memorizaba lo principal y parecía que el resto emanaba en el momento. También era muy distintivo en él, el que rara vez repetía atuendos o uniformes, éstos cambiaban siempre según el púbico al que se dirigía. Y tanto se acomodaba a sus audiencias, que existen registros de discursos del Duce pronunciados por él mismo en alemán, inglés y dialectos locales italianos.

Acá se pueden ver los casi 8 minutos del discurso de la declaración de guerra en Roma, subtitulado en inglés: 



Y dado que en el discurso analizado en este caso, Mussolini no muestra su usual estilo discursivo, anexo otro discurso, pero realizado en Torino, en octubre de 1932. El discurso no está traducido, pero lo importante de éste es la muestra del estilo discursivo del Duce:





Hitler y los nacionalsocialistas.

Muchos discursos memorables fueron efectuados por uno de los oradores más reconocidos de la historia mundial. Previamente a la invasión a Polonia en septiembre de 1939, acto que daría comienzo a la segunda guerra mundial, Hitler ya había dado importantes discursos para el desarrollo del nacionalsocialismo, como el de la toma de mando en Enero de 1933, el dirigido a las juventudes hitlerianas en Nuremberg en el año de 1937, o el entregado al ejército alemán el 1 de Septiembre de 1939, ad portas de la invasión a Polonia.

Pero el discurso a ser analizado en esta instancia no será uno precisamente dicho en el transcurso de la segunda gran guerra del orbe, sino que será un discurso dicho 5 años antes del comienzo de ésta. La razón es que dicho discurso es uno de los mejores registros audiovisuales de Hitler y su retórica, además que el discurso forma parte de uno de los mejores documentales de la historia del cine político, y por último, el discurso fue filmado durante el congreso general del partido Nacionalsocialista, por lo que su contenido es altamente relevante para entender la idiosincrasia nazi y los caminos del tercer Reich para el control de Europa.
 
En el discurso, en un primer momento, vemos a un Hitler tranquilo y serio recordando los duros comienzos de su movimiento, el cual ya se encuentra en la cima del poder en Alemania. Lentamente el orador comienza a elevar el volumen de su voz y a activar sus, hasta ese momento inmóviles, brazos y cabeza. Estas activaciones van acompañadas del recuerdo del líder alemán de cómo su partido nació con tan solo 7 miembros, pero con una determinación ideológico-nacionalista inédita en el mundo. El discurso continúa y el público parece acompañar a Hitler en su paso de la pasividad a la acción, con gritos, manos levantadas y cabezas asintiendo lo que su líder dice. Prosigue el mandatario diciendo que la raza y la sangre son factores necesarios y útiles para el liderazgo, y mientras describe el tema mencionado, su tono sigue volviéndose progresivamente más elevado, y su físico comienza a mostrar fuerza espástica y explosiva. Aprovechando el clima emocional creado, el orador comienza a hablar sobre la necesidad de usar la fuerza y luchar por Alemania, así mismo pide a los auditores el examinarse a sí mismos y extirpar cualquier pensamiento de sus mentes que los aleje del nacionalismo. Ya por la parte final de la oratoria, Hitler habla de que el movimiento nacional socialista durará por más de 1000 años y que el partido será el semillero principal de la producción política y social en la futura Alemania, así mismo dice que tanto el ejército, como el partido, serán los encargados de educar a los alemanes, pues ambos suponen ser quienes más conocen a Alemania. Finalmente el discurso termina con un efusivo “viva el partido nacional socialista y viva Alemania” con la que la gente entra irrumpe con un fuerte “heil Hitler”.

La cultura alemana ha sido de las mayores generadoras de filosofía y ciencia moderna en el mundo, pocos dudarían de la capacidad educacional de Alemania, por lo mismo siempre sorprende la adhesión de este pueblo a ideas emocionales y dogmáticas, como las planteadas por Hitler… pero al ver discursos como el recién analizado no es tan extraño el ver cómo el pueblo teutón fue convencido por Hitler. En este caso, el orador conocía perfectamente el momento de baja autoestima nacional generado por la derrota en la primera guerra mundial y la siguiente humillación surgida por el tratado de Versalles. Hitler les hablaba de orgullo, de superioridad, de fuerza y honor que vivirían por mil años, los invitaba a volver toda su mente hacia el nacionalismo, y de actuar de forma incuestionable ante ese sueño y los representantes de éste: el partido.
 
La forma discursiva de Hitler era innovadora en aquellos años, y por sobre todo en un pueblo tan sereno y mental como el Alemán. Hitler hablaba un idioma que en aquellas tierras es muy extraño, el idioma de la pasión y la demostración física de ésta. Hitler comenzaba siempre sus discursos en plena paz y serenidad, y con buen ritmo comenzaba lentamente a endurecer su rostro y a robustecer su cuerpo y postura. Al contrario de Mussolini, Hitler leía casi siempre sus discursos, él no improvisaba, pero el poder de su puesta en escena no tenía mucho que ver con el contenido de su oratoria, sino que más que nada en su lenguaje corporal. El líder nazi mostraba un abanico de reconocidas contorciones al hablar, tal como era el apretado auto abrazo para demostrar unión, o el terminar sus oraciones levantándose en la punta de los pies para alcanzar una mayor altura y acentuar de esta manera lo dicho en la culminada frase, o el levantamiento de ambas manos con las palmas muy abiertas, las cuales se dejaban caer con velocidad hacia su cintura, ademán que siempre resultaba en una ovación de sus adeptos. De la misma manera, el volumen y ritmo de su voz en los discursos estaba perfectamente pensada para aumentar el efecto de éste, las frases que más quería que llamaran la atención eran lentamente pronunciadas, pero al final de dichas frases siempre la velocidad de las palabras y la potencia en la voz al decirlas eran siempre exageradas por el orador, así se creaba una idea de alta importancia a lo dicho.




Como el flautista de Hamelin, Hitler engatusó a sus seguidores con sonidos y presencia, les prometió el cielo, pero terminó en infierno.


Stalin y la invasión alemana.

El 22 de noviembre de 1941, Hitler sorprende a Stalin comenzando con uno de los planes que con más secretismo se había mantenido hasta ese momento en la segunda guerra mundial, la llamada operación Barbarroja, la invasión a la URSS. Las acciones de invasión fueron diseñadas por el alto mando nazi para ser actividades muy veloces, con el fin de lograr terminar la invasión antes de la caída del duro invierno ruso, el cual impidió a Napoleón la conquista de Rusia poco más de un siglo en el pasado.

Una vez comenzada la invasión el ejército teutón avanzó rápidamente por el territorio soviético, tanto por el centro, norte y sur de la frontera occidental de los bolcheviques. Bielorrusia, los países bálticos y Ucrania cayeron en menos de un mes. Las bajas del ejército rojo eran extremas y totalmente inesperadas por parte de Stalin y su joven e inexperto grupo de oficiales y generales.

El avance alemán se dirigía progresivamente hacia Moscú, ciudad que era considerada como clave para alcanzar el triunfo final de la operación… en este contexto Stalin lanza un discurso el 7 de noviembre en la plaza roja para todo el pueblo soviético, tanto civil como militar.

Como en la gran mayoría de sus discursos, Stalin comienza saludando a los presentes y nombrando a cada facción de la ciudadanía de la URSS, y luego extiende un saludo a los pobladores de las regiones soviéticas ya sometidas bajo el ejército nazi. El jefe de Estado le cuenta a su audiencia que el enemigo está sitiando la importante ciudad de Leningrado (San Petersburgo), y que ya se encuentra a las puertas de Moscú.

Continúa rememorando el escenario en que estaba Rusia en 1918, durante la primera guerra mundial, el cual era un escenario mucho menos alentador que el que en ese minuto se vivía en el territorio de la URSS, pues en aquellos años una gran mayoría del territorio ruso estaba dominado por potencias extranjeras, y la revolución solo llevaba un año de existencia, por lo que las capacidades organizacionales del naciente estado eran deficitarias, y la ineficiente producción alimentaria ponían la guinda a la torta del desastre perfecto. Stalin termina dicha referencia recordando que a pesar de todo, el joven ejército rojo logró la victoria contra sus enemigos. La comparación de 1918 con la invasión nazi es muy similar a lo que hizo Churchill al comparar la fallida invasión napoleónica con los planes de Hitler, la idea es dar esperanzas por triunfos pasados, y levantar esos adormecidos espíritus triunfadores.

Al cerrar sus argumentos, Stalin se refiere de mala manera a quienes les temen a los alemanes, y dice que es el espíritu de Lenin será el que los llevará a la victoria, tal como sucedió al final de la primera guerra mundial, claro que con un Lenin aún vivo. Luego se refiere a que los alemanes están menos preparados de lo que ellos mismos dicen y que el hambre y la desolación ya están instalados en Berlín. La pintura que Stalin intenta mostrar a su pueblo es la de una situación difícil, pero que ya ha llegado a su máximo de dificultad, que ya Alemania no puede seguir soportando el gasto y desgaste de la guerra, y que pronto caerán los ejércitos teutones de ocupación por dificultades provenientes desde Alemania… con lo que Stalin estaba completamente en lo cierto.

Lo que más llama la atención en este discurso, es el semblante extremadamente frío y duro de Stalin, quien solía ser una persona muy relajada y hasta coloquial en su forma de hablar a las multitudes. El mensaje corporal de este discurso es de cautela y de cierto miedo, obviamente no demuestra confianza en su rostro, sino que una cierta preocupación. El nerviosismo en el mandatario era demostrado en un movimiento de péndulo constante, el cual no era común en su técnica discursiva. Incluso en el video se ve al líder socialista con dificultades para leer su discurso.

Stalin no será recordado por su soltura al hablar ni por su capacidad comunicacional, lo que demuestra que el poder no solamente nace de la disuasión verbal, sino que también de la intimidación física, y en esto último Stalin era un profesional.



Por Luis Felipe Silva Schurmann.


lunes, 23 de septiembre de 2013

El que no piensa como yo, es un ignorante.

El que no piensa como yo, es un ignorante.

Discutiendo con amigos o revisando foros y páginas relacionadas con política es muy fácil encontrarse con frases como “no puedo creer que la gente sea tan ignorante para votar por xx”, o “hay que ser muy tonto para votar por xx”, se alude siempre, también, a la falta de memoria de la gente como argumento para agredir tanto a las posturas de izquierda como de derecha.

El egocentrismo intelectual en política afecta fuertemente a los nervios de quienes lo padecen. Estas personas no logran comprender cómo hay gente que piensa tan diferente a ellos sobre materias que éstos creen dominar a tal nivel que sienten que se han ganado una autoridad para dirimir sobre lo que es una postura inteligente e informada (la propia) y lo que es simplemente una opinión ignorante (la que contradice a ésta).

La lógica de éste tipo de pensamiento puede provenir de muchas fuentes, pero principalmente es la siguiente: “me considero una persona inteligente e informada, y como tal tengo una opinión política nacida de la racionalidad y la investigación”, en eso no hay problemas, es una postura muy común y hasta valorable. El problema aparece cuando a la lógica recién descrita le sigue esto: “… y como tengo una opinión política racional e informada, quien no llegue a las mismas conclusiones que yo, es por ende un idiota, un ignorante o un mal intencionado”.

Y ahí está el problema: Tanto Marx como Friedman fueron personajes de la historia que muy poca gente se atrevería a tratar de ignorantes o de irracionales, ni siquiera sus más acérrimos detractores se aventurarían a tales calificativos, pero a pesar de ser grandes mentes, con una vasta cultura, ambos llegaron a conclusiones extremadamente diferentes con respecto a la economía y el manejo de una sociedad. Pasó lo mismo con Hobbes y Rousseau en el área de la moral humana. ¿Cómo puede llegar a pasar esto si se supone que la racionalidad y el conocimiento deberían dar una conclusión, al menos relativamente, homogénea?, adelantemos una respuesta: la racionalidad puede justificarlo todo, incluso los opuestos.

El doctor Maturana sostiene una tesis muy relevante al tema que se intenta descifrar en este artículo. Maturana afirma que el ser humano es primero un sujeto emocional y después uno racional, y que al saberse el hombre un ser con la capacidad de racionalizar, tiende a creer, o a querer creer, que todas sus adhesiones simbólicas o elecciones de cualquier tipo provienen de un proceso inteligente y fundado, siendo que éstas casi en su totalidad derivan desde una mera pulsión emocional basada en influencias y experiencias. Emocionalidad que, solo luego, es fundamentada con discursos racionales e información que la refuerza.

En resumen: El “por qué” de nuestras opciones políticas no es mucho más complejo que el “por qué” de la elección de nuestro equipo de fútbol favorito o nuestra música predilecta. En todos esos casos la decisión fue tomada por pasión y sólo después de eso creamos un aparataje racional que fundamenta esa emocionalidad. Pero el egocentrismo intelectual se negará a ver la génesis de la decisión y preferirá pensar que ésta surge solamente de una decisión racional, únicamente fundada en lógica e información que la respalda y la validad por sobre otras decisiones.

Ni el derechista ni el izquierdista (ni quienes participan de otras posturas políticas) son personas sin capacidad de racionalizar el mundo, y tampoco son personas per sé ignorantes, así como tampoco el decidir adherir a estos pensamientos los convierte en eruditos dominadores de un concepto tan inexistente como la “verdad”. Todos los humanos somos personas inteligentes, y si las decisiones políticas de alguien son extremadamente diferentes a las propias, no sería recomendable desconfiar de su capacidad intelectual o su manejo de la información, solo debemos recordar que tanto sus decisiones como las nuestras nacen de algo tan imposible de contradecir como lo es un laudo pasional basado en experiencias que es posible que ni el mismo actor de éstas pueda recordar o conceda relevancia.

Las posturas políticas son juicios, no afirmaciones.


jueves, 5 de septiembre de 2013

Intervenciones militares de los presidentes de Estados Unidos en los últimos 50 años.

Intervenciones militares de los presidentes de Estados Unidos en los últimos 50 años.

Estados Unidos se encuentra ad portas de un bombardeo estratégico contra territorio sirio buscando disminuir capacidad bélica de su gobierno mientras éste intenta ganar una guerra civil que ya supera los 2 años de hostilidades. La historia nos muestra que no es una novedad que la nación más antigua de América intervenga militarmente en conflictos internacionales, las razones dadas por las diferentes administraciones son muy variadas y descienden de muchas motivaciones que van casi siempre centradas en lo político o en una supuesta amenaza indirecta para su nación y sus intereses.

En el presente listado solo se contemplarán las intervenciones militares efectivas y comprobadas bajo documentos oficiales del mismo Estados Unidos, así como de las Naciones Unidas u organismos internacionales pertinentes. Las intervenciones encubiertas o no comprobadas no serán contabilizadas.

Muchos conflictos o guerras comenzadas o intervenidas por USA abarcan más de una administración, por lo que se adjudicará la responsabilidad de aquellas al mandatario en cuyo mandato éstas comenzaron.

La lista es la siguiente:




Barack Obama. 

Partido:               Demócrata.
Periodo:              4 años 8 meses
Intervenciones:

-          Invasión a Libia.

o   2011: Con las revoluciones enmarcadas en la Primavera Árabe, USA interviene en una insipiente guerra civil en Libia mediante una invasión militar avalada por la ONU y su concejo de seguridad. El resultado es el derrocamiento del dictador Muamar Gadafi y la muerte de cerca de 15.000 soldados y civiles en la contienda.



George W. Bush.

Partido:               Republicano.
Periodo:              8 años.
Intervenciones:

-     Derrocamiento militar del presidente Jean-Bertrand Aristide, Haití.

o   2004: Aristide había dado claros signos de dirigir al país hacia la izquierda política, lo que preocupó a USA y sus aliados. Los norteamericanos apoyaron a la oposición haitiana (que en las últimas elecciones solo había sacado solo un 8%) y derrocaron a Aristide. A continuación enviaron fuerzas militares para reafirmar al nuevo gobierno.

-          Invasión y ocupación de Irak.

o   2003: Acusando al dictador Sadam Hussein de tener armas de destrucción masiva y cooperar con terroristas anti norteamericanos, Bush decide enviar una de las fuerzas de ocupación mejor preparadas de la historia. La guerra es ganada con facilidad y la ocupación se mantiene hasta la actualidad, aunque en menor medida.

-          Invasión y ocupación de Afganistán.

o   2001: Pocas semanas luego del atentado a las torres gemelas, USA lanza un ataque aéreo al gobierno talibán que gobernaba al país, acusándolos de cooperar con los ejecutores del citado atentado. Al bombardeo rápidamente lo seguiría una invasión terrestre y una larga ocupación territorial.



Bill Clinton.

Partido:               Demócrata.
Periodo:              8 años
Intervenciones:

-          Bombardeo a Serbia.

o   1999: En el contexto de la lenta y violenta disolución de la ex Yugoslavia, la OTAN, en cabezada por USA, lanza el primer ataque ofensivo de su historia (la OTAN supone ser una entidad defensiva), el objetivo serían instalaciones militares serbias en territorio disputado por los albaneses kosovares. Los bombardeos dejarían 2 bajas para la OTAN y 3500 muertos por el lado yugoslavo.

-          Bombardeo a Sudan.

o   1998: El país africano es bombardeado en respuesta a ataques a embajadas norteamericanas en el continente. El objetivo de USA fue destruir blancos militares pro Al Quaeda, pero lo que se acusaba de ser una industria de armas químicas terminó siendo, según el gobierno de Sudan, una fábrica de medicamentos, lo que produjo una emergencia sanitaria en el país.

-          Bombardeo a Irak.

o   1998: Con el congreso estadounidense discutiendo la destitución de Clinton por el escándalo sexual denominado “sexgates”, El presidente decide lanzar al menos 200 misiles sobre blancos que él calificó como “objetivos militares contra armas químicas y nucleares”.

-          Intervención militar para un “contragolpe de Estado” a favor de Jean-Bertrand Aristide.

o   1994: Nuevamente Aristide en la palestra, pero esa ves no por un derrocamiento en su contra, sino que al contrario. En éste año Aristide había sido derrocado por el ejército local, y USA junto a una fuerza internacional lo reponen en su cargo. Posteriormente el mismo país norteamericano participaría en su salida del poder.

-          Intervención militar en Somalia.

o   1993: Desde hacía 2 años que el país del cuerno de África sostenía una cruenta guerra civil, la que se extiende hasta nuestros días. En aquel contexto tropas de la ONU encabezadas por USA e Italia ocupan la parte sur del país, pero en la ciudad de Mogadiscio son atacados por milicianos, por lo que comienza una feroz batalla que termina con 19 norteamericanos y 1000 paramilitares muertos.



George H. W. Bush.

Partido:               Republicano.
Periodo:              4 años.
Intervenciones:

-          Invasión a Irak. (tormenta del desierto y guerra del golfo pérsico).

o   1991: Con venia de la ONU, USA y una fuerza internacional de paz ocupan Kuwait y repelen la invasión iraquí a dicho país. Posteriormente se bombardea Iraq, con el fin de debilitar su poder de respuesta. Más de 4500 víctimas civiles se debieron lamentar en dicha batalla.

-          Apoyo logístico para golpe de Estado en Paraguay.

o   1989: Tras una dictadura de más de 35 años en el país sudamericano es destituido Alfredo Stroessner, antiguo aliado de USA, país que en este año da apoyo logístico al general Andrés Rodríguez Pedotti, el cual ejecuta un golpe de Estado contra el dictador.

-          Invasión de Panamá.

o   1989: Manuel Antonio Noriega gobernaba dictatorialmente a Panamá desde hacía 6 años. Washington exigió el fin del violento y corrompido gobierno de Noriega, quien aceptó elecciones, pero al no favorecerle éstas, las desconoció y decidió continuar en el poder. USA invade y captura al ya ex dictador, que es condenado a 40 años de prisión en Washington. Dato extra: Bush fue director de la CIA en 1976, y Noriega era agente de la misma durante aquella administración.



Ronald Reagan.


Partido:               Republicano.
Periodo:              8 años 
Intervenciones:

-          Bombardeo a Libia.

o   1986: “El Dorado Canyon” era el nombre clave para el bombardeo estadounidense contra 5 objetivos militares en Libia (principalmente aeropuertos), en respuesta a un atentado en Berlín adjudicado al entonces dictador Muamar Gadafi. Las bajas fueron reducidas, pero los daños materiales fueron extensos.

-          Invasión a Granada.

o   1983: En 1979 se había impuesto una dictadura marxista en la micro isla caribeña, la que era acusada por la administración de Reagan de ser servil a la URSS. En 1983 Granada comienza a construir un aeropuerto internacional con fines turísticos, pero USA acusa de ser éste un trampolín para atacar a USA, por lo que invaden la isla junto a otras naciones caribeñas.

-          Apoyo militar en guerra civil de Nicaragua.

o   1981: Desobedeciendo dictámenes de las Naciones Unidas, Reagan secretamente apoya con armas, táctica y dinero a los “Contra”, que era un grupo contrarrevolucionario que hacía frente al gobierno izquierdista de la nación. Al descubrirse la ilegalidad Nicaragua demanda a USA frente a la Corte Internacional.



Jimmy Carter.

Partido:               Demócrata.
Periodo:              4 años. 
Intervenciones:

-          Apoyo militar en guerra civil de El Salvador.

o   1979: Sucede un levantamiento campesino y obrero en El Salvador, el cual es denunciado por su gobierno como una orquestación cubano-nicaragüense-soviética, con lo que comienza una guerra civil. Jimmy Carter ve con temor una propagación del marxismo por la región y apoya con mucho armamento y tácticas a la facción pro norteamericana en conflicto.



Gerald Ford.

Partido:               Republicano.
Periodo:              2 años 4 meses. 
Intervención:

-          Cooperación armamentista a indonesia en invasión a Timor Oriental.

o   1975: En noviembre de este año logra su independencia Timor Oriental, separándose de la jurisdicción portuguesa, pero rápidamente el gobierno indonesio invade Timor Oriental con la ayuda armamentística y táctica de Estado Unidos.




Richard Nixon.

Partido:               Republicano.
Periodo:              5 años 8 meses. 
Intervenciones:

-          Si bien Richard Nixon no comenzó ninguna intervención por medio del ejército de los Estados Unidos, sí propició y apoyó directamente los golpes de Estado, y las subsecuentes dictaduras, en Chile, Uruguay, Bolivia y otras similares en África.

-          Nixon también incrementó fuertemente el contingente militar norteamericano en Vietnam.



Lyndon Johnson.

Partido:               Demócrata.
Periodo:              5 años 2 meses. 
Intervenciones:

-          Invasión y ocupación de República Dominicana.

o   1965: Fuerzas izquierdistas y derechistas vivían una guerra civil desde ya hacía más de un año. Al ver que las fuerzas socialistas inminentemente ganarían la contienda, el presidente Johnson decidió intervenir para evitar una “nueva Cuba”. USA envió a 42.000 soldados con el consentimiento de la OEA. Estados Unidos ya había ocupado militarmente la isla en 1916.

-          Apoyo logístico a la masacre indonesia.

o   1965: Año en que un golpe de Estado quita del poder a una coalición indonesia pro comunista, luego de esto se produce una gran purga anti-marxista apoyada por Estados Unidos que termina con la vida de al menos 500.000 ciudadanos, cifra que se eleva a 1.000.000 según los comunistas remanentes.

-          Represión militar en Panamá.

o   1964: en aquellos años Estados Unidos tenía total soberanía sobre el canal de Panamá y la franja territorial que colinda a éste. Por décadas los estudiantes panameños reclamaron la soberanía de la zona del canal, pero el 9 de enero de dicho año las protestas se volvieron más violentas, por lo que militares norteamericanos de la zona abrieron fuego contra los manifestantes resultando 22 panameños muertos.

-          Invasión a Vietnam.

o   1964: Ante la aspiración de Vietnam del Norte de unificar la nación bajo un mando comunista por medio electoral o bélico, USA presta ayuda táctica a Vietnam del Sur desde 1958, pero no es sino hasta 1964 que ocupan territorio del sur para iniciar una guerra contra el norte. La excusa para ingresar a la guerra fue un ataque contra un destructor norteamericano por parte de lanchas norcoreanas. Tiempo después se confirmó que el ataque nunca ocurrió. La guerra se extendió hasta 1975 dejando a 2.000.000 de civiles muertos.


Si algún lector tiene algún aporte a la lista o una crítica a ésta, estaré más que feliz de atender, discutir y hasta editar el artículo si es necesario.



Por Luis Felipe Silva Schurmann.

sábado, 31 de agosto de 2013

¿Cuánto más terribles son las armas químicas que las armas “convencionales”?

¿Cuánto más terribles son las armas químicas que las armas “convencionales”?

Desde enero de 2011 hasta la fecha en que este artículo fue redactado (31-08-2013) hemos visto cómo el pueblo sirio se divide en dos facciones irreconciliables que han optado por el uso de armas para dirimir un vencedor en un conflicto de extrema violencia y odio, componentes normales en una guerra, pero que en una guerra civil son llevados a peores extremos que en los enfrentamientos entre dos o más naciones.

Pero me llama la atención la altísima expectación que esta guerra ha generado en la opinión pública mundial, no tanto por las terribles masacres que ambos lados han llevado a cabo, sino por el nuevo componente del que es acusado el gobierno oficial de Siria: el uso de armas químicas contra su población. Y de acá nace una pregunta: ¿qué tan diferente y repulsivo es que se usen armas químicas contra un pueblo, en vez de que se usen balas, granadas, misiles y morteros?, lo primero que se viene a la mente es la lentitud y crueldad de exterminar seres humanos utilizando un arma que tortura a sus víctimas antes de asesinarlas, pero una granada o una bala en zonas específicas del cuerpo causan el mismo resultado. O puede ser que lo peor de las armas químicas en contraposición a las convencionales sea que las primeras no discriminan entre inocentes y combatientes, pero el uso de morteros, misiles y bombas nuevamente tienen el mismo terrible resultado. Otro factor de diferenciación podría ser el pánico de no poder ver al arma que te asesinará, pero nuevamente esa experiencia es vivida por cualquier ciudadano que no ve caer un misil sobre su casa. La masividad de las muertes es una variante a considerar, pero la guerra que más muertos ha dejado en la historia de la humanidad (segunda guerra mundial) nunca tuvo armas químicas en su arsenal de destrucción, salvo el caso de los campos de concentración nazis.

Un arma química es definida como un elemento no explosivo que causa daños al organismo mediante la toxicidad de químicos no biológicos. Esto incluye venenos, gases y contaminaciones intencionales con fines bélicos.

Las armas químicas no son nuevas para el hombre, ya en tiempos de la edad de piedra éste utilizaba flechas envenenadas con tóxicos extraídos de plantas venenosas para matar presas y enemigos. En el siglo II los chinos lograron sintetizar el arsénico y usarlo principalmente contra opositores políticos en manifestaciones. También en la antigua Grecia y en la edad media se solían contaminar las fuentes de agua de ciudades sitiadas para acelerar la rendición del enemigo. Con el transcurso de los siglos el uso de humos tóxicos con fines militares fue avanzando lentamente, incluso el mismísimo Leonardo Da Vinci recomendaba el uso de éstos, así mismo sucedió en el siglo XVII en Francia, Alemania e Inglaterra, casi siempre en sitio militares a ciudades enemigas. Pero el real horror del mundo contra las armas químicas, o más específicamente contra los gases químicos, surgió en la primera guerra mundial.

Entre 1915 y 1917 se utilizaron 21 tipos diferentes de gases venenosos, siendo el gas mostaza el más mortífero, el cual, con el desarrollo de los tanques, es sindicado como uno de los causantes del fin del conflicto. Recordemos que la primera guerra mundial fue una guerra de trincheras, las cuales significaban un contratiempo gigantesco a los ejércitos acostumbrados a las batallas dinámicas de la era napoleónica, por lo que el uso de estas armas para despejar las trincheras enemigas era algo tristemente común para ambos bandos en la contienda.

No hay duda de que el uso de gases en el primer conflicto mundial, y más específicamente el uso del gas mostaza, fue lo que propició la ilegalidad internacional el uso de estas armas, pues las historia que los combatientes contaban al regresar a sus hogares relataban las penumbras del uso de los gases contra sus camaradas, lo que creó una animadversión muy grande en la opinión pública internacional. Quienes aspiraban estos gases sufrían de una lenta muerte por asfixia, y en el caso del gas mostaza hasta un simple contacto de éste con la piel podía causar quemaduras muy dolorosas y hasta letales.

Fue en 1925 que la Tercera Convención de Ginebra ilegalizó el uso de estas armas para el futuro, lo cual fue casi completamente respetado en el orbe, salvo algunas terribles excepciones, como el del ejército japonés contra China en 1938, la Alemania nazi contra judíos durante la segunda guerra mundial y el ejército iraquí contra Irán en 1980.

Pero, ¿qué es tan horroroso de las armas químicas por sobre lo abominable de las armas convencionales? Las naciones unidas en el concierto de Ginebra en 1925 dijeron que las armas químicas de todo tipo habían sido condenadas por la opinión pública internacional, y eso justificaba su prohibición, pero ¿qué arma no es condenada por las sociedades del mundo?, ¿alguien puede decir que la comunidad internacional está de acuerdo con el uso de granadas o misiles teledirigidos contra población civil?

La única gran diferencia que percibo entre las armas químicas y otras armas de alta letalidad es que las primeras son armas muy económicas de crear y que no requieren mucha tecnología para ser activadas, por el contrario, las armas convencionales requieren una gran sofisticación y dinero para ser utilizadas… y eso es una ventaja para las grandes potencias.

Este artículo no es una invitación a bajar el perfil de lo horroroso del uso de armas químicas en el mundo, sino que es un llamado a horrorizarnos tanto por el uso de básicos revólveres y cuchillos contra seres humanos, que por el uso de armas químicas contra éstos.

El medio puede ser terrible, pero lo realmente terrible es el fin. Que las muertes sean suficiente para escandalizar al mundo, no solo el modo en que éstas sucedan.


Por Luis Felipe Silva Schurmann.